TOXOPLASMOSIS: UNA VISIÓN DURANTE EL EMBARAZO

Toxoplasmosis: una visión durante el embarazo. La toxoplasmosis es una zoonosis ampliamente difundida en el mundo y que puede afectar a cualquier persona sin importar su raza, condición social o edad, se considera que actualmente hay 1.000 a 2.000 millones de personas infectadas; lo que la hace preocupante sobre todo si se presenta en una persona VIH positivo o en la mujer embarazada.

La toxoplasmosis Gondii fue descubierto por Nicole y Manceaux en el año 1908; pero sólo en los años 30 comienza a ser conocida la infección. En 1948 se diagnosticó con la prueba de Sabin y Feldman, y en 1970 queda establecida su forma de propagación.

Agente causal:

El causante de esta zoonosis es un parásito intracelular obligado conocido como Toxoplasma Gondii. Este microorganismo se encuentra principalmente en animales como los pájaros, los roedores, los gatos, entre otros. Siendo los gatos los huéspedes definitivos del parásito, mientras que los animales de sangre caliente son los huéspedes intermediarios.

Tiene un periodo de incubación de 5 a 23 días.

El ciclo vital del Toxoplasma Gondii se divide en dos partes: un ciclo sexual confinado al intestino de los felinos y uno asexual que se desarrolla en los tejidos extraintestinales de los gatos y en todos los demás huéspedes.

Las formas del parásito son:

  • Ooquiste: es la forma resistente del parásito al medio ambiente. Es el resultado de la unión de una microgameto (elemento macho) con una macrogameto (elemento hembra), es decir de una reproducción sexual. Es eliminado en las heces del gato. Puede permanecer viable en el medio ambiente por espacio de un año aproximadamente.
  • Taquizoitos o trofozoitos: son formas de infección rápida, extraepitelial y observada en la infección aguda. No permanecen mucho tiempo fuera de la célula ya que son parásitos intracelulares obligados y capaces de invadir cualquier célula nucleada.
  • Quistes tisulares: ésta forma quística es de gran longevidad y se forman en cualquier tejido. Es una esfera que mide aproximadamente 15 a 100 micras y contiene la forma conocida como Braquizoitos. Estos quistes permanecen viables durante toda la vida en el huésped.
  • Ciclo sexual: Esta etapa del ciclo vital del Toxoplasma Gondii se produce únicamente en el intestino de los gatos. Para que se produzca se requiere que un gato no inmune ingiera alimentos contaminados con ooquistes y/o carne de roedores u otros animales que contenga quistes tisulares. Por acción de los jugos gástricos son liberados los taquizoitos, los cuales invaden las células donde se transforman en microgametos y macrogametos que más tarde se unen formando los ooquistes, los cuales son expulsados durante 1 a 3 semanas en las heces del gato. Se calcula que un gato puede expulsar millones de ooquistes en un solo día. En uno a cinco días en el ambiente, el ooquiste completa el procedo de la esporulación para tornarse infectante.
  • Ciclo asexual: los ooquistes al ser ingeridos por un huésped intermedio, se transforma en taquizoitos, los cuales invaden el epitelio del intestino y los nódulos linfáticos y alcanzan la circulación. Los taquizoitos invaden las células del huésped y se multiplican dentro de ellas hasta destruirla, para invadir nuevas células. Este proceso continua hasta que el paciente desarrolla inmunidad. Los parásitos extracelulares son eliminados y la multiplicación intracelular se vuelve más lenta. Por último los parásitos quedan confinados dentro de quistes tisulares en forma de braquizoitos.

Vías de transmisión:

El toxoplasma Gondii se puede transmitir de varias formas.

  • Adquirida: La vía más conocida es la oral que se produce a través de la ingesta de alimentos contaminados con ooquistes o carnes mal cocidas que contengan quistes tisulares. Actualmente también se menciona la infección que se puede presentar en el momento de la realización de transplantes de órganos y en transfusiones sanguíneas, aunque es considerada de poca importancia.
  • Congénita: donde el parásito pasa de la madre al feto a través de la placenta.

Respuesta inmunológica ante la infección:

Cuando una persona inmuno competente es infectada por el toxoplasma Gondii se produce una respuesta inmunológica de defensa de la siguiente manera:

  • Ig M: es la primera inmunoglobulina que se produce como respuesta y se puede detectar en promedio a los 15 días de haberse producido la infección. Su vida media es de 5 a 28 días, y en un pequeño porcentaje (5%) puede persistir positiva hasta por 3 años.
  • Ig A: también se presenta al inicio de la infección y su vida media oscila en 5 a 28 días, y desaparece totalmente del cuerpo a los nueve meses.
  • Ig G: aparece entre 8 a 15 días después de la infección, alcanzando su máximo pico a las 6 a 8 semanas para después decrecer y mantenerse en niveles bajos durante toda la vida.
  • Ig E: aparece alrededor de los 15 días de la infección permaneciendo hasta los 28 días.

Interpretación de resultados:

Los anticuerpos que se producen durante la infección por el Toxoplasma Gondii nos permiten determinar si nos encontramos ante una infección reciente o antigua, lo cual es de vital importancia en la mujer gestante.

Determinación de Ig G:

Lo ideal es tener una determinación preconcepcional. Si contamos con esta nos arroja dos posibilidades:

  1. Resultado positivo: lo que significa que la paciente tuvo la infección en algún momento de su vida y no representa problema para el futuro embarazo y por lo tanto no es necesario solicitar la prueba durante los exámenes de control prenatal.
  2. Resultado negativo: la paciente está en riesgo de contraer la infección y por lo tanto debe tomar todas las precauciones para evitarlo.

Determinación durante el embarazo: es mandatorio que toda mujer embarazada se le pida en el primer control prenatal la determinación de Ig G.

  1. Resultado negativo: la paciente no tiene la infección por lo tanto está en riesgo de contraerlo. Se debe repetir la prueba en cada trimestre, si en algún momento se convierte en positiva estamos ante una infección reciente.
  2. Resultado positivo: aquí se plantea un problema que muchas veces genera ansiedad en la paciente ya que podemos estar ante una infección reciente, por lo cual se hace necesario la determinación de Ig M. Algunos autores consideran que un nivel de Ig G mayor de 300 uI/ml representa una infección reciente.

Determinación de Ig M:

Una vez decidimos que es necesaria la prueba de Ig M, ésta se debe realizar lo más pronto posible, lo ideal sería hacerla en el suero en que se determinó la Ig G.

  1. Resultado negativo: indica que es una infección crónica o antigua por lo tanto no representa peligro para el feto en formación.
  2. Resultado positivo: hay una infección materna reciente lo que implica que en cualquier momento el feto puede ser infectado.

Determinación de Ig A:

Al tener el mismo comportamiento de la Ig M nos arroja las mismas posibilidades.

  1. Resultado negativo: indica que es una infección crónica o antigua por lo tanto no representa peligro para el feto en formación.
  2. Resultado positivo: hay una infección materna reciente lo que implica que en cualquier momento el feto puede ser infectado.

Determinación de Ig E:

Aunque su comportamiento es muy parecido a la Ig M y la Ig A, su uso es muy poco porque la técnica está poco comercializada y es poco la experiencia que se tiene con ella.

Avidez de los anticuerpos Ig G:

Este método de detención de la toxoplasmosis fue descrito en el año 1989 por Hedman. Su fundamento se basa en la distinta fuerza de la unión entre el antígeno y el anticuerpo en la infección aguda y crónica.

  1. Ig G de baja avidez: altamente sugestiva de infección aguda.
  2. Ig G de elevada avidez: altamente sugestiva de infección crónica.

Esta prueba tiene algunos inconvenientes de interpretación, debido a que los dos tipos de avidez siempre se encuentran presente, la diferencia es la proporción en que se hallan según la fase de la enfermedad. Una diferencia del 30% en la determinación de ambas habla a favor de la predominante como infección aguda o crónica.

Existen otros inconvenientes con este tipo de pruebas, entre ellos está el desconocimiento exacto en que momento se cambia el tipo de avidez y la prolongación de las Ig G de baja avidez cuando se inicia un tratamiento específico; lo cual hace necesario ganar mayor experiencia con esta técnica para poder hacer un uso de rutina de la misma.

Pautas de interpretación:

  1. Todo seroconverción de Ig G se considera infección reciente.
  2. El aumento de la titulación de Ig G se considera infección reciente.
  3. Si bien es cierto que la Ig M puede permanecer positiva por periodos que alcanzan hasta los tres años, esto sólo ocurre en un 5%, por lo cual es lógico pensar que el reporte positivo deba tomarse como infección reciente ya que tiene una probabilidad del 95% de ser un caso; sobre todo si tenemos en cuenta que las consecuencias de la toxoplasmosis en el feto pueden ser desastrosas.
  4. La presencia de Ig A debe ser considerada como proceso activo.
  5. Predominio de Ig G de baja avidez.

Sintomatología:

La infección aguda provocada por el Toxoplasma Gondii en los niños mayores y en los adultos inmunocompetentes por lo general es asintomática. Cuando produce síntomas y signos éstos son leves, de corta duración y autolimitados.

En el mayor de los casos la infección se vuelve crónica sin presentar sintomatología.

Se suele clasificar en cuatro categorías clínicas el estudio de la toxoplasmosis.

  1. Toxoplasmosis aguda adquirida en un paciente inmunocompetente.
  2. Toxoplasmosis aguda adquirida o reactivada en un paciente inmunocomprometido.
  3. Toxoplasmosis ocular.
  4. Toxoplasmosis congénita.

En esta revisión nos dedicaremos exclusivamente a ésta última categoría.

Toxoplasmosis congénita:

La toxoplasmosis congénita se produce cuando una mujer contrae la infección durante su embarazo y se la transmite al feto en formación.

No toda materna transmite la infección al feto. La probabilidad de una infección durante el embarazo es de 0.5 – 1% independiente del lugar del mundo donde ocurra.