Tendencias suicidas en estudiantes de medicina. El suicidio es una problemática social, ya que cada vez aumenta más el número de suicidios consumados y los intentos de suicidio, por tanto es importante tener conocimiento sobre este tema para crear estrategias que puedan contribuir a evitar que muchas personas se quiten la vida, y esto se logra detectando sus causas y factores de riesgo.
La epidemiología de esta problemática muestra que los índices de suicidio aparte de estar aumentando ha cambiado la población afectada, que en su mayoría eran personas de edad avanzada y ahora son jóvenes entre los 15 y 24 años. Esto obliga a determinar cuáles son los factores que están induciendo a estos cambios.
Se debe tener en cuenta el factor de alto riesgo que representa el grupo de estudiantes universitarios, los que aparte de pertenecer a un grupo sensible como es la adolescencia, a menudo se encuentran lejos de su hogar, en una situación social nueva y masificadora, exigencia académica desmesurada, facilidad de acceso al alcohol y a las drogas, etc.
La elaboración de este trabajo brinda herramientas que permiten evitar el aumento de este fenómeno y ayuda a darse cuenta, que muchas de las causas que están relacionadas con esta situación pueden ser evitadas.
Para esto se toma como referencia comparativa, diferentes personas de la comunidad en general.
1. OBJETIVOS
1.1. OBJETIVOS GENERALES
- Apropiarse de la problemática sobre el suicidio para estar en capacidad de proponer cambios frente a esta situación.
- Reconocer patrones de conducta específicos en jóvenes que muestran tendencias suicidas.
- Mencionar los factores de riesgo frente al suicidio en una población específica.
- Identificar las principales tendencias suicidas en estudiantes de medicina de la
- Universidad de Antioquia.
- Comparar las tendencias suicidas entre los estudiantes de medicina de la Universidad de Antioquia y la comunidad en general.
1.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
- Realizar revisión bibliográfica sobre el tema.
- Conocer la posición actual de la comunidad mediante una consulta, ante la problemática del suicidio y reconocer mecanismos que permitan informar y asesorar a la comunidad en general.
- Realizar una encuesta en la comunidad universitaria de la facultad de medicina.
- Compartir opiniones de expertos sobre el tema.
- Analizar e interpretar la información obtenida mediante encuestas y entrevistas.
- Establecer una propuesta preventiva frente a este problema.
2. PROPÓSITOS
Este proyecto tendrá como fin la elaboración de estrategias preventivas que van no solo dirigidas a la población afectada, sino a la comunidad en general, para que mediante la divulgación de esta información un mayor número de personas se encuentren en la capacidad de reconocer actitudes o patrones de conducta de individuos con tendencias suicidas y se pueda así brindarles una ayuda adecuada y a tiempo.
De seguro se puede decir, «prever es mejor que curar». Por eso informar y alertar a la comunidad sobre algo que tal vez ya haya escuchado anteriormente pero a lo que no le haya dado la suficiente importancia. El objetivo no es entonces sólo salvar vidas, sino mejorar la calidad de vida de todas las personas que son afectadas con este fenómeno.
3. LOCALIZACIÓN FÍSICA
La población seleccionada para realizar el estudio, son los estudiantes de la facultad de medicina de la universidad de Antioquia, ya que ésta es una comunidad que puede verse expuesta a varios de los factores de riesgo que predisponen al suicidio.
Pero no solo se debe tomar en cuenta a estas personas, hay que observar también detenidamente su entorno, sus costumbres, carencias, etc.
4. BENEFICIARIOS
Estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia y personas de la comunidad. El número de encuestados fue de 50 personas y un igual número de consultados.
5. EL SUICIDIO
El suicidio es un acto enigmático, misterioso, fascinante, estigmatizado, juzgado y aclamado, que afecta diariamente a la sociedad. Se puede ser víctima, propiciador, y observador de este fenómeno en la sociedad, en la que cada vez es más común observar, escuchar, conocer o estar presente ante un caso suicida. El suicidio está acompañado de múltiples circunstancias que forman de cada acto suicida un caso único y singular; aunque se pueden establecer patrones comunes, hay que tener en cuenta que el suicidio se sitúa entre lo colectivo y lo individual.
Al suicidio se le buscan explicaciones cómodas y tranquilizadoras para tratar de ocultar las dudas y cuestionamientos que surgen ante la destrucción de un hombre por su propia mano, ya que las personas suicidas, tanto quienes logran consumar el acto, como aquellos que piensan en realizarlo, plantean a la humanidad el gran interrogante que según Albert Camus, debe resolver la filosofía: si vale o no la pena vivir (1).
Decir que el suicidio es una cobardía o que es más fácil morir que enfrentarse a los problemas, no deja de ser una valoración moral y simplista que aleja de la verdad y señala a la vez la incomprensión y dureza con la que en ocasiones se tratan las personas (2).
El suicidio, además de constituir un drama de la existencia humana, en muchos países es un problema de salud. Según la OMS, está ubicado entre las diez primeras causas de muerte y cada día en el mundo se suicidan mil personas. Lo que parece indicar que, aunque median problemas sicológicos, mentales, o la influencia del entorno, el hombre, como decía Ciorán, es soberano sobre su propia Vida y, al suicidarse, «prefigura el destino de la humanidad», que finalmente es la muerte. (3)
La palabra suicidio viene de los vocablos latinos sui que significa sí mismo; y caedere matarse. Suicidio significa por lo tanto, matarse a sí mismo (4). Ésta es la definición más común y corriente en la sociedad, todos reconocen y aceptan en el acto suicida la voluntad de un individuo para darle fin a su existencia, pero sin tener en cuenta las circunstancias, los motivos, las causas y los efectos producidos por este fenómeno.
Al tratar de generar una definición más completa, se encuentran con diferentes posiciones que lo definen teniendo en cuenta tanto aspectos del sujeto como el ambiente donde se desarrolla.
El sociólogo francés Emile Durkheim (1858 – 1917) fue el primero en dar una definición de suicidio que aún hoy es aceptada por los expertos. «Es toda muerte que resulta, mediata o inmediatamente de un acto positivo o negativo, realizado por la víctima misma, sabiendo que ella debía producir ese resultado» (5). En esta definición se manifiesta que el suicidio puede influir en la familia, en la comunidad y en la sociedad y puede ser vista según las costumbres y las ideologías como un acto que beneficia a los individuos y al sujeto, o puede generar consecuencias negativas y desastrosas en el ambiente donde sucede; también demuestra que el sujeto debe ser consciente de las consecuencias del acto, aunque estas no sean totalmente similares a las previstas.
Según Sigmund Freud: «El psicoanálisis ha descubierto, en efecto, que quizás nadie encuentra la energía síquica necesaria para matarse si no mata simultáneamente a un objeto con el cual se ha identificado volviendo así contra sí mismo un deseo de muerte orientado hacia distinta persona» (6). Freud manifiesta el suicidio como consecuencia del deseo de la muerte del otro, «morimos, siendo el resultado de nuestro deseo no expresado».
También se puede definir el suicidio como la destrucción de la propia vida, directamente procurada, ya sea por medio de una acción o a través de una omisión voluntaria (7) manifestando aquí algo importante, se puede considerar suicidio aquellas muertes producidas voluntariamente por el desacato de normas de protección personal que tienen como consecuencia la muerte de quien no las cumple.
Otra definición importante y que es considerada por muchos autores, quienes han definido al suicidio como el «acto consciente de aniquilación autoinducida, de causas múltiples, que se presenta en un individuo para quien el acto es la única solución» (8) apoyan el suicidio como un fenómeno donde se expresa el fracaso de un individuo y de una sociedad ya que no se generan alternativas viables y satisfactorias para la humanidad expectante.
Otros términos importantes y que se relacionan con la temática del suicidio son:
- Ideación suicida: La ideación suicida es el pensamiento o deseo de quitarse la vida, sin que se haya llegado realmente a intentarlo. «los pensamientos pueden variar desde creer que otros quieren que se muriera, tener pensamientos transitorios de cometer suicidio y llegar hasta hacer planes específicos para llevarlo a cabo. (9)
- Intento de suicidio: Es el acto de suicidio que no llega a ser fatal, «tal vez porque la conducta autodestructiva era menos fuerte, vaga o ambigua (10). A menudo resulta saber si una tentativa de suicidio es la ambivalencia: el deseo de morir y la llamada de auxilio. La tentativa de suicidio tiene por tanto un fuerte significado social, que puede expresarse así: «por favor, ayúdenme, no puedo arreglármelas solo». Muchas personas que intentan suicidarse repiten la tentativa al poco tiempo y algunos acaban muriendo efectivamente por suicidio (11).
- Gesto Suicida: Amenaza con hechos sobre una conducta autodestructiva que se llevará a cabo. Suele estar cargada de simbolismos.
- Amenaza suicida: Similar al anterior pero con palabras.
- Equivalentes suicidas: Son las auto mutilaciones que puede hacerse una persona.
- Conductas suicidas: Son los actos realizados consciente o inconscientemente por un sujeto para privarse de la vida
- Riesgo de suicidio: Es la posibilidad que puede tener una persona para quitarse la vida, la cual si ve sensiblemente afectada o incrementada si dicha persona ve la muerte como un descanso o una posible solución a sus problemas.
- Simulación suicida: Es cuando la persona no quiere realmente morir, lo que hace que en el momento decisivo se arrepienta de consumar el acto.
5.1. HISTORIA
El suicidio es un fenómeno humano universal que ha estado presente en todas las épocas históricas, aunque las distintas sociedades han mantenido hacia él actitudes a veces radicalmente opuestas en función de los principios filosóficos, religiosos e intelectuales de cada cultura (12).
A través de la historia, el suicidio ha sido condenado y elogiado por distintas sociedades. Es condenado por el Islam, el judaísmo, y el cristianismo, y las tentativas son castigables por ley en varios países. El Brahmanismo de la India, sin embargo, tolera el suicidio, y el suicidio teóricamente voluntario de una viuda india (suttee), ahora proscrito, fue elogiado abiertamente por sus contemporáneos (13). En la Grecia y Roma antigua, permitieron a los criminales condenados acabar con sus propias vidas, pero la actitud de los romanos hacia el suicidio se endureció al final del imperio como resultado de la alta incidencia entre los esclavos, que privaron así a sus propietarios de su valiosa posesión.
Los japoneses practicaron la costumbre del seppuku (también llamado hara-kiri), o auto-sacrificio, como rito ceremonial; Al samurai le fue concedido el privilegio de castigarse de esta manera para morir, y también fue utilizado para escapar a la humillación, a la vergüenza ante sus enemigos, o para demostrar lealtad a un amo o emperador. (El seppuku obligatorio fue proscrito en 1873.) Los monjes y las monjas budistas también han cometido suicidio sacrificatorio quemándose vivos como forma de protesta social. Desde las edades medias europeas, la sociedad occidental ha utilizado primero el derecho canónico y el derecho penal para combatir duramente el suicidio.
Después de la revolución francesa de 1789, el castigo a los suicidas fue suprimido en los países europeos, siendo Inglaterra el último en cambiar su legislación en 1961. Pero muchos de estos países y los EE.UU. poseen leyes contra aquellos que pretenden ayudar a alguien a cometer suicidio. El cambio en la personalidad jurídica del suicidio, sin embargo, no ha tenido ninguna influencia adversa en la valoración del suicidio.
La permisividad de la sociedad moderna, que implica mayor tolerancia del comportamiento irregular, puede ser en parte responsable del aumento de actos suicidas, especialmente del auto-envenenamiento por medio de drogas de prescripción médica. La actitud de la sociedad hacia el comportamiento suicida ha ido siendo menos moralizadora y punitiva. Ahora hay una mayor preparación para entender más bien que para condenar, pero una fuerte tendencia a encubrir actos suicidas todavía persiste.