Síndrome del Culturista: “Vigorexia”

Se estima que dichas dosis de consumo suelen ser mucho mayores que las utilizadas en el ámbito médico, del orden de entre 10 y 100 veces dichas dosis. Además, dada su mayor facilidad de consecución, está extendido el uso de esteroides de uso veterinario.

Ciertos culturistas reconocen inyectarse en una semana el doble de la dosis que se le inyecta a un toro de 500 g.

Ejemplo de un ciclo de esteroides El ciclo dura unos 4 meses. Cada semana se inyectan y consumen unos u otros productos. A lo largo del ciclo se habrán consumido mezcladas sustancias como: Esteroides de dos tipos, fundamentalmente anabolizantes, simultáneamente, inyectándose diariamente la dosis que se recomienda utilizar cada dos semanas en el ámbito médico. Los anteriores esteroides se combinan incluso con uno de uso veterinario y no comercializado para humanos.

A partir de un determinado momento se incorpora hormona del crecimiento humana en elevadas dosis. Hormonas androgeneizantes, consumiendo dos o tres tipos a la vez para tratar de contrarrestar los efectos secundarios de los anabolizantes, como pérdidas de la libido sexual o la ginecomastia. Estas hormonas se mantienen durante un tiempo, aún finalizado el ciclo. Fármacos protectores del hígado. Complejos vitamínicos y proteicos. A pesar de estos efectos secundarios, los afectados de vigorexia suelen aceptarlos como “un mal menor” que deben asumir con tal de conseguir su objetivo: tener cuanta más masa muscular mejor.

En el caso de los hombres, y para tratar de evitar la ginecomastia, que en muchos casos es abundante y dolorosa, se administran fármacos anti cancerígenos para el cáncer de mama, que retrasan o evitan el crecimiento del tejido mamario (como el anastrozol). La obtención de estos medicamentos es una dificultad añadida para los afectados, y más teniendo en cuenta su coste (unos 120 € por 30 comprimidos).

En ocasiones, no obstante, la ginecomastia se produce en tal grado que llega a ser muy evidente y causa un dolor tal que obliga al afectado a pasar por el quirófano. No obstante, a pesar de la gravedad de este hecho, en ocasiones la única preocupación de pasar por el quirófano es el postoperatorio, por la pérdida de entrenamiento consecuente y las posibles secuelas estéticas. 

Posibles Causas de la Vigorexia

Podemos determinar tres grupos de factores que conlleven vigorexia: los factores predisponentes, los desencadenantes, y los mantenedores: 

  1. Predisponentes: factores genéticos del individuo, factores del entorno ambiental y social, experiencias previas… que facilitan el desarrollo del trastorno si algún otro factor lo desencadena. 
  2. Desencadenantes: factores individuales, sociales, y ambientales, que provocan el inicio del trastorno. 
  3. Mantenedores: factores que son consecuencia del trastorno o que ocurren paralelamente y que tienen un efecto de reforzamiento sobre el mismo, provocando que se mantenga y agrave.

(Ver FIGURA 1)

FIGURA 1. Modelo conceptual de dismorfia muscular.

(Vigorexia). (Lantz, et al., 2001)

Síndrome del culturista: “vigorexia”

Como se ha venido comentando, la vigorexia puede asociarse a un estado de insatisfacción corporal, y si se observa la evolución de esta insatisfacción en la sociedad, se puede llegar a la conclusión de que ésta va en aumento, es decir, que cada vez nos sentimos menos satisfechos con nuestro cuerpo. (Ver FIGURAS 2 y 3)

FIGURA 2. Evolución de la insatisfacción corporal por sexos.

(Extraído de Vigorexia. Cómo reconocerla y evitarla. J. I. Baile)

Síndrome del culturista: “vigorexia”

FIGURA 3. Evolución de la insatisfacción corporal por zonas.

(Extraído de Vigorexia. Cómo reconocerla y evitarla. J. I. Baile)

Síndrome del culturista: “vigorexia”

Los gimnasios

La mayoría de los afectados de vigorexia o predispuestos a padecerla quieren realizar ejercicio físico en gimnasios, por varios motivos: Los nuevos deportistas creen que el ejercicio con pesas les cambiará su apariencia de forma que puedan parecerse más al modelo estético masculino. Creencia errónea de que el entrenamiento con pesas es el camino más fácil y rápido para alcanzar cierto estado físico saludable. 

Flexibilidad de horarios de los gimnasios. Por otro lado, el mantenimiento de la rutina del ejercicio físico viene determinado en muchas ocasiones por la formación de grupos de compañeros de gimnasios, que se apoyan mutuamente en el entrenamiento, reforzando las actitudes de riesgo: Realizan los ejercicios conjuntamente, alentándose mutuamente a incrementar más y más el peso de las máquinas.

Se traspasan información sobre rutinas, dietas y suplementos nutricionales útiles para el crecimiento muscular, que consiguen de revistas de culturismo, donde además observan culturistas conocidos que son tomados como referentes.

Se facilita el consumo de sustancias dopantes, e incluso ayudan a conseguir aquellas ilegales. Se apoyan psicológicamente cuando alguno de ellos se siente en un momento bajo del entrenamiento, o cuando son criticados por el excesivo tiempo que pasan en el gimnasio o los cambios que han realizado en su vida por ser grandes y musculosos.

Sustituyen a familia y amigos en cuanto a necesidades de relación, e incluso al médico de cara a problemas de salud. Trivializan los problemas derivados de sus hábitos justificándolos como insignificantes comparados con el desarrollo que pretenden conseguir. 

Tratamiento

El tratamiento de vigorexia no se encuentra realmente definido, ya que como se ha comentado anteriormente, esta enfermedad no está reconocida por la comunidad científica. Sin embargo, se podría decir que su tratamiento podría encaminarse de forma similar al de aquellas personas diagnosticadas de anorexia o bulimia, es decir, a modificar la conducta y la imagen sobre el propio cuerpo mediante la intervención de psicólogos, nutricionistas y médicos. Asimismo, los amigos y familiares de las personas aquejadas de este trastorno cumplen una función muy importante en la recuperación y superación del trastorno, al brindarle apoyo cuando el afectado intenta disminuir sus rutinas de ejercicios a unos niveles aceptables. 

Conclusión

La vigorexia constituye un trastorno multicausal que debe ser estudiado más a fondo, ya que sin duda alguna se incrementará dada la tendencia actual de sobrevalorar el propio cuerpo debido en gran parte a la presión social existente. Este hecho conducirá al reconocimiento de la vigorexia como patología por parte de la comunidad científica internacional, con las consecuentes medidas a adoptar en todos los ámbitos. 

Bibliografía

  • Baile, JI. Vigorexia: Cómo reconocerla y evitarla. Madrid: Editorial Síntesis; 2005. 
  • Excma. Diputación de Alicante; Área de Juventud. Anorexia, Bulimia, Vigorexia: Guía de orientación. Alicante; 2004. P.24-35.

 

Edwin Alberto Salinas Velasco

Médico, Cirujano General Clínica de la Costa Barranquilla drsalinas82@gmail.com

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