LAS ENSEÑANZAS DEL FUNDADOR DE LA TERAPIA FLORAL

Mimulus Luteus

Esta planta medicinal es oriunda de América del Norte, y ocasionalmente puede encontrarse en Gran Bretaña. Sólo se utilizan las flores.

Habitualmente, los síntomas físicos son la consecuencia del estrés anímico. Los trastornos incluyen depresión, angustias vagas y desconocidas, una fuerte necesidad de paz, la aversión a hablar y ser preguntado, la pérdida de la capacidad de defender la propia individualidad personal (el paciente hace cualquier cosa por evitar conflictos). Los casos más graves van ligados frecuentemente a gran debilidad, cansancio, pérdida del apetito, con frecuentes empeoramientos del estado general a últimas horas del día.

Entre los trastornos que se han tratado con este remedio y con los que se han obtenido los mejores resultados se cuentan la debilidad tras infecciones gripales y las dolencias de pacientes que se hallaban hundidos por el estrés de problemas particulares, surgidos por amistades o por relaciones desagradables.

Clematis Vitalba

Esta planta es oriunda de Gran Bretaña. De este remedio se elaboraron 3 diluciones: la primera, segunda y tercera, que se utilizaron en función de la gravedad de la enfermedad, dándose la primera potencia para la forma más débil.

Los pacientes tienen poca alegría de vivir, empezando desde el estado en que no encuentran alegría por la vida y terminando por el anhelo de la muerte. A diferencia de los pacientes que corresponden al tipo del mímulo, no padecen miedos, sino que son tranquilos y tienden más a soñar despiertos, les gusta que les dejen en paz y no experimentan ninguna necesidad de hacer nada más de lo necesario. Se trata de personas que viven más en el futuro que en el presente. A menudo necesitan dormir mucho por las noches y son difíciles de despertar. Son de constitución general vaga, y el color de la cara es casi siempre pálido y macilento. Se someten con facilidad a una enfermedad, algo que no les intranquiliza lo más mínimo. No son tan sensibles al ruido como los pacientes que pertenecen al tipo del mímulo.

Su estado de ánimo se corresponde con el de una persona que ha perdido todo a lo que tiene cariño y que no quiere seguir viviendo, cuya vida se ha convertido para él en una carga que soporta con paciencia hasta que, finalmente, se vea liberado de ella. De ahí que no experimente ningún miedo o que no se defienda contra la enfermedad. En realidad, muchos de estos pacientes desean morir de su enfermedad, en la esperanza de una vida mejor tras la muerte, o quizás volver a ver a una persona muerta a la que han amado, por lo que no realizarán ningún esfuerzo por sanar de nuevo.

El médico con buenas dotes de observación reconocerá este estado con todos sus grados de gravedad, empezando por el soñador hasta el desesperanzado, con el que este remedio se ha mostrado muy eficaz, existiendo la ilusión de que pueda ser útil incluso en algunos tipos de coma.

Cupressus

De esta planta medicinal se utilizan los estambres rojos de las puntas de las hojas.

Este remedio se revela especialmente eficaz con los catarros crónicos y sus secuelas, en especial cuando se trata de infecciones causadas por estafilococos o estreptococos. Está especialmente indicado en las siguientes dolencias: catarro de los senos nasales, de las trompas de Eustaquio y del oído medio y los senos frontales. Los catarros están ligados a dolores de cabeza. Los resfriados crónicos, en los que este remedio se utiliza como profilaxis, impide en algunos casos la irrupción de la enfermedad.

Entre los sorprendentes resultados de este remedio se cuentan curaciones de sordera aguda crónica debidas a inflamaciones del oído medio, en la que los pacientes habían sufrido dificultades de audición durante 20 años, así como dolores de cabeza localizados en la región frontal; un paciente había sufrido continuos dolores de cabeza desde hacía tres años.

Los pacientes adultos que pertenecen al tipo del cupressus tienen a menudo una tez rosada y viva.

Cotyledon Umbilicus (Prima)

Esta planta es oriunda de Gran Bretaña, donde puede encontrarse predominantemente en el sur y sudeste. Este remedio ha demostrado su eficacia en los ataques epilépticos del tipo Petit, en los que han fracasado otros métodos de tratamiento.

También parece ser una ayuda en la supresión de los efectos secundarios tras la ingestión prolongada de tranquilizantes bromurados, aclarando el estado de ánimo y contribuyendo a que el paciente recupere un claro entendimiento.

Todos estos remedios se han obtenido desde la 3era hasta la 28va potencia centesimal. Un número considerable de pacientes han sido tratados con ellos, pero hasta ahora no ha sido necesario utilizar el remedio en una potencia superior a la séptima potencia centesimal. Cupressus no puede administrarse en potencia superior a la tercera; de lo contrario, este remedio conduciría a un fuerte empeoramiento. No obstante, si esto llegara a ocurrir, se pueden administrar fuertes dosis de menta, que actúa con mucha rapidez.

Éstas son las plantas medicinales:

  • Achicoria (Cichorium intybus).
  • Mímulo (Mimulus guttatus).
  • Agrimonia (Agrimonia eupatoria).
  • Scleranthus (Scleranthus annuus).
  • Clemátide (Clematis vitalba).
  • Centaura (Centaurium umbellatum).
  • Genciana (Gentiana amarella).
  • Verbena (Verbena officinalis).
  • Ceratostigma (Cerastostigma willmottiana).
  • Impaciencia (Impatiens glandulifera).
  • Heliántemo (Helianthemun nummularium).
  • Violeta de agua (Hottonia palustris).

En la siguiente tabla están representados las cualidades, los errores y el remedio correspondiente que ayuda a la personalidad a superar esos fallos.

Las enseñanzas del fundador de la terapia floral

LOS REMEDIOS FLORALES Y SUS INDICADORES

Seguramente, la fuerza curativa de estas plantas nos resulta familiar a muchos de nosotros que ya hemos empleado los siguientes remedios. Los resultados que se han alcanzado con ellos han superado ampliamente nuestras expectativas. Cientos de esos llamados casos incurables han sanado y han recuperado la felicidad.

Los doce indicadores son los siguientes:

Las enseñanzas del fundador de la terapia floral

Esencialmente existen 12 tipos principales de personalidad, de las cuales cada una puede manifestarse de manera positiva o negativa.

Las enseñanzas del fundador de la terapia floral

Coja un delgado recipiente de cristal y llénelo de agua clara de un río o, preferentemente, de una fuente. Deposite suficientes unidades florales de la planta en cuestión hasta que la superficie del agua quede totalmente cubierta. Deje el recipiente en un lugar soleado hasta que las flores comiencen a marchitarse. A continuación extraiga cuidadosamente las flores del agua añadiendo la misma cantidad de coñac para su conservación.

Una única gota basta para preparar una botella de 0,2 litros de agua (200 mililitros), de la cual se tomará la dosis necesaria usando como dosificador una cucharilla.

La dosis debe ser medida teniendo en cuenta las necesidades del paciente; en casos agudos, hay que suministrarlas cada hora; en casos crónicos, tres o cuatro veces al día hasta que se observe una mejora y el paciente pueda seguir adelante sin el remedio.

La clemátide, la alegría del caminante, decora nuestros setos allí donde el suelo es calizo. La agrimonia y la verbena las encontramos en los bordes de los caminos. La achicoria y el scleranthus en los campos de cereal. La centaura, genciana y el heliántemo en las praderas. El mímulo y la impaciencia crecen en las proximidades de Crichowell, en unas cuantas millas más allá de Abergavenny, aunque también se encuentran en otros condados de Inglaterra. La cerastostigma no crece silvestre en Gran Bretaña, pero existen estas plantas en los jardines de Pleasaunce, Overstrand, Norfolk y en el Kew Gardens. La violeta de agua se encuentra en nuestros claros y maravillosos ríos.

LOS DOCE GRANDES REMEDIOS Y ALGUNOS EJEMPLOS DE SU USO Y PRESCRIPCIÓN

Los remedios nunca desencadenan por sí mismos reacciones fuertes, ya que jamás provocan daños, independientemente de las cantidades en que se ingieran; y tampoco se producen efectos negativos cuando se administra el remedio correcto sí se consigue un efecto curativo.

Ninguna de las plantas de las que he extraído estos remedios es venenosa. Todas son benefactoras; por eso no hay que tener ningún miedo a utilizarlas.

El principio es el siguiente: hay doce estados y cada uno de esos estados se corresponde con una planta curativa.

Los estados y los remedios correspondientes son los siguientes:

  1. En casos de emergencia, de gran peligro, ante el terror, el miedo o las depresiones, así como en todos los casos de emergencia en que la situación parece desesperada, adminístrese heliántemo.
  2. Para el miedo que no sea tan fuerte como el terror, adminístrese mímulo.
  3. Cuando el paciente esté intranquilo, medroso y atormentado, déle agrimonia.
  4. Cuando el paciente esté indeciso, cuando nada parezca lo adecuado, cuando parece que unas veces necesita una cosa y otras la otra, déle scleranthus.
  5. Si el paciente está soñoliento, obnubilado, desganado, ausente, indiferente, y no hace ningún esfuerzo por recuperar la salud, no mostrando la menor alegría por la vida, e incluso en determinados casos anhelando la muerte, adminístrese clemátide.
  6. Para la autocompasión, cuando el paciente se siente maltratado y tiene la sensación de no merecer su padecimiento, adminístrese achicoria.
  7. El paciente al que le gustaría hacer tonterías, que no tiene la suficiente confianza en sí mismo para decidirse y escucha por ello el consejo de cualquiera, que prueba cualquier tratamiento posible que le proponen, necesita ceratostigma.
  8. Aquel paciente que está desalentado, que tiene éxito pero que siempre ve únicamente en lado negativo de las cosas y está deprimido, necesita genciana.
  9. Las voluntades fuertes que son difíciles de tratar porque siempre saben todo mejor y actúan según sus propias ideas, necesitan verbena.
  10. Para dolores fuertes, para el impulso de sanar lo más deprisa posible y para la impaciencia con los congéneres, adminístrese impaciencia.
  11. A los pacientes tranquilos y valientes, que no se quejan nunca, que no quieren intranquilizar a los demás por su enfermedad e intentan recuperar la salud por sus propias fuerzas, puede ayudarles la violeta de agua.
  12. A aquellos que están débiles, pálidos y sin vigor, que se sienten totalmente agotados y cansados, puede ayudarles la centaura.