Sanación en re mayor. Hasta hace muy poco, la Musicoterapia era tomada como una simple práctica un tanto «esotérica» sin ningún fundamento y con dudosos resultados, actualmente se encuentra gozando de un vertiginoso ascenso tanto en el número de estudios serios y comprometidos que apoyan y comprueban sus teorías básicas, como en el número de personas que acuden a ella en busca de soluciones reales. La Musicoterapia se basa en el efecto tanto psicológico como somático que tiene una exposición constante a cierta música seleccionada en las distintas personas; es una práctica segura que en la mayoría de los casos genera resultados sorprendentes a muy bajo costo y sin generar ningún tipo de efecto secundario indeseado en el paciente. Actualmente se están llevando a cabo múltiples proyectos de investigación que se espera brindarán en un futuro próximo, más elementos estadísticos que continuarán ratificando la Musicoterapia como una ciencia de posibilidades casi infinitas y de resultados palpables.
PALABRAS CLAVES
Musicoterapia, Música, Medicina.
SUMMARY
Until not so long ago, music therapy was considered as a practice that didn’t go beyond the ‘esoteric’ adjetive; lacking all fundament and with very untrustable results. Nowadays, though, we’re witnessing an exponential increase both in the number and the quality of rigurous, controlled studies which support and confirm music therapy’s basic theories. Such an increase has also been seen in the now huge number of people turning to music therapy in search of real solutions to real problems. Music therapy is based on both the psychological and somatic changes that can be accomplished in a person with a constant exposition to selected musical pieces; it’s a non-invasive practice, which is completely harmless and that, in most cases, brings considerable benefits at a low cost and with absolutely no side effects for the patient. Today, there are multiple investigations taking place all over the world and it is expected that, in the near future, more and more data will support and place Music Therapy as a science whose posibilities are pretty much infinite, and whose results are as real as you and me.
KEY WORDS
Music therapy, Music, Medicine.
La música es una fuerza poderosa. Desde tiempos inmemoriables, lejanos y borrados por el polvo de los siglos, la música ha estado siempre presente en el caminar del hombre desde sus más humildes comienzos evolutivos. Es común escuchar entre los círculos especializados, no sin cierto aviso de gracia, que muy seguramente el primer esbozo de música de la que fue testigo el hombre, fue de algún golpe accidental de éste contra una piedra; de modo que el sonido apagado del impacto, sumado al grito poco romántico que seguramente le acompañó, demostró el primer indicio de la unión de la voz con elementos rítmicos, que luego evolucionaría (aunque, lastimosamente, en algunos momentos «involucionaría» sería una palabra más apropiada), hasta el vasto abanico sonoro de diversidad incandescente que conocemos hoy en día.(1,2)
No es de asombrarnos que el «descubrimiento» de la música haya sido algo tan inocente, tan poco planeado, puesto que ésta es una entidad inherente al hombre mismo y a su alma; inseparable si se quiere. Pero a pesar de que se podría pintar el halo más romántico alrededor de la música, debemos recordar que ésta, al igual que todos los demás sonidos que todos los animales escuchamos, no es más que una serie de compresiones reguladas de aire que llegan a nuestros oídos, haciendo vibrar nuestros tímpanos, para que posteriormente sea aquella gran máquina perfecta, aquel cerebro que nos ha regalado la evolución, el que interprete dichas señales, y convierta un montón de vibraciones aparentemente sin sentido, en una hermosa obra del Romanticismo Tardío, o en el simple estallido de un transformador de luz en la acera, ¿o tal vez en el incesante lloriqueo de aquel niño del vecino que noche tras noche nos va acumulando horas de vela obligada?(2,3,4)
Sin lugar a duda, el ser humano, por naturaleza, se encuentra diseñado para reaccionar de modos distintos frente a los diferentes estímulos que recibe por medio de sus sentidos: el olor de una pizza, la visión de un tigre que nos ve como su pizza, etc. Ciertamente el sentido de la audición no se queda atrás; ya desde épocas antiguas, cuando las guerras duraban seis meses (ahora duran de tres a cinco años, dependiendo del encargado de la ONU de turno), la música, especialmente su aspecto rítmico, era utilizada para generar entre los pelotones el ambiente propicio para la lucha, tanto física como mentalmente, que les permitiera, si no necesariamente ganar la guerra, encarar la muerte de un modo… ¿menos deprimente tal vez?
Hoy día, la ciencia médica avanza a pasos agigantados, abriendo las puertas de la sanación y la longevidad a personas cuyas dolencias les hubieran significado una muerte lenta y dolorosa hace cincuenta años. Siempre me preguntaré cuánta parte de su reino habría dado más de un rey del medioevo por una inyección de Penicilina que le salvaría la vida; hoy vale como $1.500 en la droguería de Don Chucho, con chuzada incluida. Pero aún hoy, entre Resonancias Magnéticas de última generación, e implantes de Células madre, estamos siendo testigos de un resurgimiento impresionante de la Medicina Alternativa, en todas sus ramas. Más y más personas se someten cada día a tratamientos de acupuntura o bioenergética en busca de una solución que tal vez no están encontrando en la medicina «tradicional».
Es natural comprender el escepticismo casi hermético que rodea la comunidad científica sobre las ciencias alternativas. Debemos tener en cuenta que por muchísimo tiempo (Demasiado tal vez), no se contó con investigaciones serias que pudieran trazar resultados confiables acerca de estas terapias, por lo tanto sus resultados quedaban muy en el limbo de la interpretación personal. Pero últimamente, con este «resurgir», estamos viendo también un mayor interés por parte de varios grupos que han presentado un buen número de investigaciones que soportan muchísimos elementos, incluida la Musicoterapia, que es la que nos ocupa en este momento. (5,6)
Como ya se mencionaba, la música, con sus violines y sus ondas de aire, ha sido usada como un medio para provocar cambios anímicos importantes en las personas desde los tiempos de «Aristóteles y sus alegres parceros» como solía decir un profesor amigo, y es precisamente este elemento el que pretende explotar la Musicoterapia para el bien de sus pacientes: Generar cambios psicológicos en las personas que irremediablemente repercutirán tanto en su estado mental como físico, otorgándoles una mejoría en todos los aspectos que a la final engendrará una mejor calidad de vida. Existen varias (más bien muchas) teorías sobre los mecanismos exactos por los cuales la música genera estas transiciones emocionales, siendo la más aceptada la del Ganglio Espiral; hipótesis sobre las cuales no ahondaremos puesto que se encuentran por fuera de los objetivos de este escrito.
Actualmente, múltiples universidades de prestigio alrededor del mundo ofrecen el curso de Pregrado en Musicoterapia, lo cual es una muestra fehaciente de la aceptación mundial que está recibiendo dicha técnica.
Actualmente, la Musicoterapia se aplica en distintos sectores y ambientes, por supuesto, con pacientes y objetivos igualmente diversos. Entre los tratamientos más comunes, se encuentran aquellos encaminados a mejorar la integración sensorial en niños con autismo, como los realizados por la musicoterapeuta Idida Rigual.(7) Es de mucha importancia mencionar también que la Musicoterapia no es exclusivamente un tratamiento encaminado a las personas con algún tipo de discapacidad o enfermedad; sino que también puede ser, y es, utilizada con personas sanas, con el objetivo de armonizar los sentidos y generar un estado de tranquilidad y paz, con todos los beneficios que esto implica. Los tratamientos más modernos se han venido cada vez más encaminando no sólo a resultados psicológicos, sino también somáticos, como el aceleramiento de la curación de heridas, con resultados sorprendentes y alentadores.(1,4)
Sin embargo, no se puede hacer suficiente énfasis en un aspecto que es obviado (algunas veces a propósito) por muchísimos médicos alternativos hoy día: Ni la Musicoterapia, ni ningún otro procedimiento de esta naturaleza, están diseñados para reemplazar los tratamientos médicos tradicionales. Sólo se utilizan como elementos concomitantes a los medicamentos, en ningún momento como un reemplazo. Ojo con esto que las demandas hoy en día están caras.
Como lo hemos visto, la Musicoterapia abre muchas puertas de gran importancia en los casos individuales y grupales. Para las personas con algún tipo de discapacidad mental o enfermedad física, se vislumbra un mejoramiento que les permita acoplarse más a la sociedad como individuos normales. Y para aquellas personas que comúnmente llamaríamos «normales» (Luego de toda mi vida sigo sin saber exactamente qué es una persona normal), es un procedimiento que se espera ayudará a mejorar el nivel de armonía consigo mismo y con su entorno. Para las personas más escépticas, fíjense que no estamos hablando aquí de ningún tipo de fuerza extraña, o energía espiritual; el tema que estamos tratando sólo considera que la persona se mostrará más optimista y en paz consigo mismo y con los demás; todo en base a una armonización lograda por medio de la estimulación musical. Dicha estimulación se genera en base a un proceso cognoscitivo altamente subjetivo, que envuelve muchos elementos psicológicos; Es por esto que los resultados variarán muchísimo dependiendo del esquema mental inicial con que el paciente ingrese a las sesiones. No se está justificando un Efecto Placebo; sólo se enfatiza el hecho de que es necesario que el paciente permita que su mente interactúe sin restricciones con la estimulación recibida, de modo que los cambios puedan suscitarse. Sería como tratar de pintar una pared con un vidrio descansando sobre ésta.(5,6)
Ya para finalizar, recuerde que, como ya se dijo, la Musicoterapia no está encaminada a reemplazar bajo ninguna circunstancia un tratamiento médico competente, y sólo debe ser utilizada conjuntamente con éste.
NOTAS
- Campbell, Don. El Efecto Mozart. Editorial Urano. Barcelona (1998).
- CampbelL, Don. El Efecto Mozart para Niños. Editorial Urano. Barcelona (2001).
- Dart, Thurston. La Interpretación de la Música. Editorial Mínimo Tránsito. Madrid (2002).
- Kalat, James. Biological Psychology. Editorial Wadsworth. Canada (2001).
- Lang, Paul. Reflexiones Sobre la Música. Editorial Debate. Madrid (1998).
- Mader, Sylvia. Inquiry Into Life. Editorial McGraw Hill. New York (2003).
- Rigual, Idida. Música y Sonido: Lenguajes de Estimulación para la Integración Sensorial en Autismo, Síndrome de Down, Parálisis Cerebral y Síndrome de Rett. (2004).