Identificación de los Depósitos Microbiológicos en Lentes de Contacto

Identificación de los depósitos microbiológicos en lentes de contacto blandos

Objetivo

Determinar y clasificar los depósitos microbiológicos encontrados en los lentes de contacto blando de prueba, clasificado de acuerdo a la FDA.

Resumen

Las colonias obtenidas se clasificaron macroscópicamente y microscópicamente mediante la coloración de Gram. Se determinó en cada grupo la frecuencia de los microorganismos hallados y se correlacionaron los resultados obtenidos entre la prueba cualitativa y el estudio microbiológico.

Resultados El análisis cualitativo de los depósitos con lámpara de hendidura determino que el 64.4% de los lentes presentaban depósitos visibles en hidratación con magnificación 15x (38/59), el 100% (55/55) presento depósitos no visibles en lente hidratado o no hidratado con magnificación de 15x y el 100% (7/7) presentaba depósitos visibles en lente hidratado sin magnificación.

En el grupo I se encontró que el 36% (9/25) de los lentes estaba contaminado con bacilos Gram negativos, el 12% (3/25) con cocobacilos Gram negativos y el 8% (2/25) con hongos. El grupo II el 64% (16/25) tuvo bacilos Gram negativos, el 36% (9/25) cocobacilos Gram negativos y el 4% (1/25) hongos. En el grupo III el 56% (14/25) de los lentes estaba contaminado con bacilos Gram negativos, el 24% (6/25) con cocobacilos Gram negativos y el 20% (5/25) con hongos. En el grupo IV el 64% (16/25) tuvo bacilos Gram negativos, el 16% (4/25) cocobacilos Gram negativos y el 16% (4/25) hongos.

Conclusiones

Los mayores contaminantes de los lentes de contacto blando de prueba son los bacilos Gram negativos, indicando fallas en el sistema de limpieza y mantenimiento de este tipo de lentes. Es urgente que se tenga en cuenta la no reutilización de los lentes de prueba.

Introducción

El uso de LC por parte de la población resulta una práctica cada vez más frecuente y habitual para los optómetras; desde la aparición de los LC blandos en 1960, su utilización se ha extendido de forma progresiva, el incremento del uso de LCB extendido o programado ha provocado a su vez la aparición de problemas asociados al incremento de depósitos en la superficie del lente. Estos depósitos son aún más frecuente en lentes de uso terapéutico o extendido. (Tomlinson, A. 1992)

Así como también determinar la frecuencia del tipo de microorganismo (bacterias y hongos) encontrados como depósitos.

1. Objetivos

1.1 Objetivo General

Identificar los depósitos microbiológicos, bacterias y/o hongos, en los lentes de contacto blandos clasificados según los grupos establecidos por la FDA.

1.2 Objetivos Específicos

Clasificar cualitativamente los depósitos encontrados en los lentes de contacto según los criterios de Rudko.

Establecer los depósitos microbiológicos, bacterias y/o hongos, en los lentes de contacto blandos, por medio de cultivo y tinciones.

Determinar la frecuencia del tipo de microorganismo según el grupo de los lentes blandos.

2. Justificación

2.1 Justificación Académica

El optómetra integral debe partir de una diversidad de actividades que mejoren y garanticen la calidad de la salud visual de la población. Con el incremento de usuarios de LC blandos en el país, la diversidad de materiales, métodos desinfectantes, y manejo del usuario; nos hace poner en alerta en cuanto a las complicaciones relacionadas con su uso. Se pretende comprobar que existe mayor adherencia de depósitos en los grupos II y IV según la clasificación de la FDA, por tener altos contenidos acuosos y mayor ionicidad en sus polímeros. Se insiste en que depósitos proteínicos atraen mayor grado de colonizaciones bacterianas en la superficie del lente, pero han sido muy bajos los resultados encontrados en los estudios que nos indique que esta pueda ser una afirmación.

Sin embargo existen variados factores que contribuyen a que haya colonizaciones bacterianas en la superficie del lente y que posteriormente existan infecciones oculares. La mayoría de veces realizamos la inspección del lente dando una valoración cualitativa que realmente no asegura que estos lentes no tengan alguna contaminación, y así mismo prevenir alteraciones oculares en los pacientes.

De acuerdo a esto, se ve la necesidad de demostrar la prevalencia de los microorganismos en los lentes de contacto utilizados, la importancia del aseo en el uso de lentes de contacto, su buen manejo y la utilización para el cual fueron hechos los lentes. De esto dependerá que las complicaciones dadas por los LC disminuyan gradualmente y se cree una cultura entre los usuarios y profesionales.

3. Marco Referencial

Los estudios epidemiológicos sobre las complicaciones asociadas al uso de LC proporcionan información acerca de su frecuencia y distribución, así como factores de riesgo relacionados con su aparición. (Duran, A. 1998).

Factores predisponentes para desarrollar complicaciones incluyen entre otros la composición del lente, horarios de uso, adherencia microbiana en la superficie del lente, y la contaminación de los sistemas de desinfección. Esta última en estudios se ha podido comprobar que puede llegar a ser una fuente importante para desarrollo de microorganismos los cuales infectan de manera continua al lente. (Iskeleli, G. 2002)

El epitelio corneal es una eficaz barrera a la penetración bacteriana, por lo que es necesaria su rotura para que se inicie una infección. El uso de LC puede ser un motivo suficiente para provocar dicha rotura; además el LC puede ser el vehículo de la bacteria. Entre las complicaciones oculares más graves se encuentra principalmente la infección corneal asociada al uso de LC. Aunque su frecuencia no es elevada y es bien cierto que la inmensa mayoría de los usuarios no van a sufrir esta complicación; la gravedad de esta complicación se basa en la disminución visual que provoca, la cual puede llegar a ser definitiva. La alta frecuencia de infecciones cornéales por Pseudomona Aeruginosa, Staphylococcus Aureus y Streptococcus Pneumoniae, es precisamente debido a la capacidad de estas bacterias para adherirse fácilmente al epitelio corneal. (Silbert, J. 2000).

Inclusive si hablamos de fuentes de microorganismos para la contaminación de los LC podemos decir que es variado. Los párpados y la conjuntiva albergan un número importante de bacterias, la mayoría de ellas cocos Gram + Staphylococcus Aureus y Staphylococcus Epidermidis) con fácil acceso al LC y a la córnea. El estuche de LC en su medio húmedo, contiene tanto bacterias como hongos y amebas constituyendo un indicador de este hecho la presencia de contaminación ambiental y falla en la correcta desinfección y limpieza. (Presscott, L. 2004).

También se han realizado estudios comparativos sobre los contenidos de agua e ionicidad de los materiales para ver qué relación existe los depósitos y estas características del lente. En cuanto a los depósitos orgánicos encontrados (lípidos y proteínas) al comparar el Grupo II (no-iónico de alta hidratación) y Grupo IV (iónicos de alta hidratación) según clasificación de la FDA; concluye que los depósitos más frecuentes en el Grupo IV son más proteicos, mientras en el Grupo II se encuentran más lipídicos. (www.clspectrum.com, 1995).

En un estudio con 75 LCB de cambio frecuente, 35 Baush & Lomb de polymacon del grupo I y 40 de Carl Zeiss del grupo IV; en donde los usuarios asintomáticos usaban estos lentes durante 7 horas en el día. Los lentes se cultivaron en agar de sangre – chocolate y McConkey durante 48h a 37ºC.

Para hongos se utilizó agar dextrosa de Saboraud`s durante 20 días a 25ºC. Encontrando que los microorganismos más aislados fueron Staphylococcus Aureus, Corynebacterium, Streptococcus no hemolíticos, bacilos Gram negativos, Neisseria y Penicillium en LCB del grupo IV los cuales no fueron igualmente aislados en el grupo I. El microorganismo más frecuente que creció en ambos cultivos de ambos grupos fue Staphylococcus coagulasa negativa en un rango de 55% para grupo IV y 42.8% para grupo I. (Iskeleli, G. Bahar, H. Unal, M. 2002).

Otro estudio comparativo entre el grado de contaminación de los lentes de contacto y la sintomatología del paciente. Ellos utilizaron LCB de Vistakon J&J y Baush & Lomb; grupo IV y I respectivamente. Ningún paciente presento alteración ocular, diagnosticada por lámpara de hendidura. El cultivo de los lentes utilizados demostró contaminación en cerca de un 100% con bacterias Gram positivas y en un 80% con bacterias Gram negativas. Las bacterias Gram positivas más frecuentes fueron Staphylococcus ssp., Propionibacterium ssp. Y Corynebacterium ssp. Las bacterias Gram negativas más prevalentes fueron Serratia ssp y Micrococcus y Pseudomona, siendo este último el agente más frecuentemente encontrado en estos cultivos. Se encontraron similitudes en el tipo de microorganismo entre los dos grupos de LCB tanto en grupo I como en IV. (Sweeney, D. 2001).

(Willcox, M. 1997): Estudiaron 70 LCB de LCB de Vistakon J&J y Baush & Lomb de grupo IV y I respectivamente. Los lentes se cultivaron en Agar chocolate y Saboraud’s. En total se encontraron 30 especies diferentes de microorganismos. El microorganismo más frecuente fue el Staphylococcus coagulasa negativa en cerca de 39.9% en lentes del grupo I. En este estudio se analizó también la flora ocular normal, la contaminación de los estuches, de los dedos y el agua de los lugares donde estaban presentes los usuarios.

Otro de los estudios realizados con 40 LCB de Ciba visión (focus Visitint) y de Pilkington Barnes-Hind (precisión UV) de los grupos IV y II respectivamente; para determinar los depósitos en los mismos. Se encontró que existe una diferencia significativa entre el grado de depósitos proteínicos entre los dos materiales. El grupo IV presento mayor grado de depósitos proteínicos que el grupo II, y a nivel lipídico se encuentro que el grupo II tenía mayor grado de estos depósitos que el grupo IV. No se encuentro diferencias significativas entre los tiempos de uso o de reemplazo para presentar depósitos en la superficie del LCB. (Jones, l. Evans, K. 1997).

En un estudio con el tiempo de uso controlado, se encontró que los cultivos fueron positivos para microorganismos en un 86.6% de los LCB. La Pseudomona fue el microorganismo más aislado seguido de Staphylococcus Aureus. El rango de uso de los LCB fue cerca de 9.2 meses y la solución de limpieza alrededor de 10.9 meses y los LCB fueron 60% del grupo I, el 40% del grupo IV (Lipener, C. Nagoya, F. 1995).

(Hurtado, I. Hartung, C. 1995): Identificaron la presencia de hongos en 17 LCB de diferentes grupos. Los lentes se cultivaron en agar dextrosa y Saboraud’s con cloranfenicol a una temperatura entre 14 y 37ºC. Se encontró que el crecimiento de hongos se realiza en la matriz del LCB y la frecuencia de hongos encontrada fue de Penicillium (5 cultivos), Aspergillius (3 cultivos), Cephalosporium – Scopulariopsis – Exophiala (2 cultivos cada uno), Scytalidium – Rhinocladiella – Sclerotlum (1 cultivo cada uno). Todos los hongos encontrados fueron de tipo filamentosos.

Razón por la cual es necesario realizar pruebas específicas en el laboratorio las cuales ofrecen ventajas innegables: aísla la mayor parte de las veces el germen responsable de la infección, determina la susceptibilidad y resistencia de la bacteria frente a una amplia gama de antibióticos y permite realizar estudios clínicos, microbiológicos y epidemiológicos. De ahí que la tendencia sea hacia la selección de los casos, bien sea para ser tratados por optómetra u oftalmólogo o bien sea para ser enviados a centros especializados que incluyan el diagnóstico del laboratorio.

4. Marco Teórico

4.1 Clasifcación de LCB Según la FDA (Food and Drugs Administration)

4.1.1 Introducción

En los últimos años se ha popularizado notablemente el empleo de lentes de contacto, fundamentalmente los lentes de contacto blandos empleados en un 90% de los casos. Los lentes de contacto blandos están fabricados por una combinación de diversos polímeros (hidrogeles) con contenidos variables de agua que oscilan entre el 35% y el 80%.

Esos contenidos variables son la capacidad del material en absorber agua (hidrofilicos) y se tornen blandos, entre mayor contenido acuoso mayor es la permeabilidad (DK) que se interpreta como la capacidad del material para dejar pasar oxigeno entre el lente y la córnea. Estos polímeros poseen propiedades físicas, químicas y estructurales diferentes, de forma que dotan a la lente de características de hidratación, porosidad, transmisibilidad al oxígeno, humidificación de la superficie, durabilidad, etc. específicas.

La FDA da un nombre genérico a cada material de lente de contacto, en general todos los lentes de hidrogel terminan en su nombre genérico que es el «filcon» y todos los no hidrogeles terminan en «focon.»

Se clasifican los lentes de contacto blandos o de hidrogel en cuatro agrupaciones para propósitos de evaluación de productos adicionales valorando el material del lente. Las lentes con menos de 50% de volumen de agua se considera que son «bajo contenido acuoso» y los otros son «alto contenido acuoso». Las superficies menos reactivas son los términos denominados «no iónico» y los materiales más reactivos «iónicos.»

El Dk (permeabilidad) de los lentes de contacto blandos o de hidrogel se utiliza como contenido acuoso o de agua (H2O). Materiales de bajos contenidos de agua tienen bajos valores de DK y los materiales de altos contenidos acuosos tienen mayores valores de DK. Los valores de DK son teóricamente un absoluto para cualquier material dado, pero prácticamente los valores encontrados en diferentes investigaciones varían un poco. (www.clspectrum.com Suplemento julio 2002).