El primer paso a dar para lograr la calma es cambiar la situación estresante. Es necesario buscar tiempo para respirar profundamente y reflexionar durante unos momentos antes de enfrentar la situación. Además, es necesario realizar 7 preguntas básicas que permiten controlar la situación:
- ¿Pueden hacerlo otros?
- ¿Puede aplazarse algo?
- ¿Puedo hacer alguna sustitución?
- ¿Es fundamental?
- ¿Me resulta útil contar con algún tipo de ayuda de trabajo?
- ¿Puede evitarse el estrés?
- ¿Puedo hacer frente al factor estresante?
Si se obtuvieron respuestas afirmativas a las preguntas anteriores, entonces se aplica las técnicas siguientes: hacer frente a la situación, pedir ayuda, controlar el tiempo, decir que no, tomarse un respiro y prepararse para hacer frente a los factores estresantes. El objetivo del control del estrés es mantener la salud y el bienestar el mayor tiempo posible.
La «A» de CALM es Aceptar lo que no puede cambiarse. Según Braham, en esta etapa hay cosas que no se pueden cambiar. En estos casos, se acepta la realidad en lugar de tratar de luchar contra ella. Las estrategias reactivas pueden parecer un alivio para el estrés, pero a largo plazo lo incrementan. Entre las estrategias a corto plazo figuran las ideas negativas, las preocupaciones, la irritación, el resentimiento, las quejas, la venganza, los ataques, la autocompasión y la disminución del ritmo de trabajo.
La «L» de CALM es prescindir de ciertas cosas para mantener el control sobre sí mismos y sobre el estrés que se padece. En esta etapa Braham (1994) refiere la necesidad de aprender a prescindir de ciertas cosas en lugar de tratar de aferrarse a ellas o añadir otras nuevas. Concretamente, se debe prescindir de ciertos sentimientos, objetos, expectativas, personas, propio cuerpo y toda convicción irracional. Se debe fijar límites a los compromisos en vez de adquirir más. Cuando se aprende, se tiene tiempo para ser, para gozar de la soledad y para recuperar el equilibrio. Por el contrario, si no se logra, la vida se centrará en hacer cosas y lograr triunfos, características propias del comportamiento tipo A. No obstante, aumenta el riesgo de sufrir un ataque cardíaco cuando se apresura, compite, y se despliega grande dosis de hostilidad. La gente del tipo B difiere de la del tipo A en varios aspectos. En lugar de apresurarse tratando de hacer más cosas en menos tiempo, se marcan un ritmo y hacen pausas en su trabajo.
La «M» de CALM es controlar la propia vida. Las tres primeras fases del modelo CALM se centran en la forma en que se puede controlar los factores estresantes y responder ante éstos. Para Braham (1994) en esta última fase se pretende aumentar la resistencia ante una serie de factores estresantes inevitables, mediante alternativas que implican una forma sana de vivir. En lugar de «colocar un parche», lo que se necesita es incrementar la resistencia al estrés, a través del control de la forma de vida. Es necesario ingerir alimentos nutritivos que permitan alcanzar el máximo rendimiento; conservar el cuerpo fuerte y sano mediante ejercicio físico, y, aprender a escapar de la respuesta de «luchar o huir», mediante el uso regular de técnicas de relajación. Además, se necesita apoyo emocional, reír y descansar lo suficiente.
La relajación facilita al cuerpo un mecanismo para, ante todo, evitar que se acumulen las tensiones. La respiración es la forma natural de relajación del cuerpo. Cuando se exhala aire se produce una distensión de la respiración y el cuerpo se llena de una sensación de relajación.
6.8.2 Modelo de hacer frente
Según Kreitner y Kinicki (1997) «el proceso de control de los factores estresantes y del estrés. El proceso de hacer frente se ve afectado por la valoración cognitiva de los factores estresantes, los cuales, a su vez, están bajo la influencia de factores de situación y personales. Las personas hacen frente mediante el control, la evasión o las estrategias de control de los síntomas. Como se muestra en la figura 4, tanto los factores personales como los de situación influyen en la valoración de los factores estresantes, A su vez, la valoración influye directamente en la elección de la estrategia para hacer frente.
Gráfica 4. Modelo de hacer frente
FUENTE: Basado en parte en R.S. Lazarus y S. Folkman, «Doping and Adaptation», en Handbook of Behavioral Medicine, ed. W.D. Gentry (Nueva Cork: The Guilford Press, 1984), págs. 282-325.
6.9 Manejo e Intervención del Estrés Laboral
Según Lazarus (2000) el interés científico por el manejo fue inicialmente escaso, pero esto comenzó a cambiar durante los años setenta, y la investigación y la teoría sobre el manejo se extendió rápidamente a partir de ahí. El estrés se refiere a una situación vital insatisfactoria que la persona desea modificar; además, para ser eficaz, el manejo debe ser sensible a las demandas relacionales cambiantes (22). Algunos autores difieren en el abordaje del manejo del estrés y lo refieren como técnicas, programas, intervenciones y/o estrategias.
Según John M. Ivancevich (1989), existen dos formas de categorizar las estrategias y técnicas para el manejo del estrés laboral: preventiva y remediadora. La estrategia preventiva por parte de la gerencia busca identificar y corregir los problemas ambientales y laborales, antes que se conviertan en problemas organizacional e individualmente patológicos; lo cual se considera una sólida inversión. La mejora en la salud y en la efectividad en el trabajo de los empleados, es posible si la prevención y la proacción es el punto focal de la gerencia, en lugar de una estrategia reactiva tradicional. El diagnóstico oportuno de estresores y estrés constituye la parte de concientización preventiva del manejo y es un paso necesario, más no suficiente en el proceso. Según este autor, las medidas para eliminar o minimizar los estresores es el segundo paso obligado.
Davis y Newstrom (2002) describen que tanto las organizaciones como los individuos se preocupan por el estrés y sus efectos. A fin de manejar el estrés, cuentan con tres opciones generales: prevenirlo o controlarlo, escapar de él o aprender a adaptarse (manejar sus síntomas).
Estos pasos tienen como fin reducir o eliminar los factores estresantes a que están expuestos los trabajadores. Algunos de ellos escapan del estrés pidiendo un cambio de puesto, encontrando otro trabajo, solicitando la jubilación anticipada o adquiriendo habilidades de asertividad que le permita afrontar el factor estresante.
Es frecuente que incluyan esfuerzos cooperativos entre los empleados y administradores, como los programas de apoyo social, los esfuerzos de relajación, la biorretroalimentación y el bienestar personal(23). (Davis y Newstrom 2002).
Para Ivancevich y Matteson (1989) las medidas remediadoras, son consideradas como algo que el individuo hace para ayudar a disipar o a confrontar un estrés o distrés negativos.
Según estos autores existe otra forma de caracterizar los métodos de manejar el estrés como son: los métodos organizacionales y los individuales. Los métodos organizacionales incluyen las medidas tomadas por la gerencia, a fin de minimizar el estrés potencialmente lesivo en el ambiente de trabajo, y que podrían resultar de roles conflictivos, de sobrecarga de trabajo y de falta de cohesión. Los métodos individuales, por otro lado, se refieren a las acciones y actividades desarrolladas por el individuo y que pueden o no llevarse a efecto dentro de la organización (24).
Los programas de intervención se desarrollan a tres niveles estratégicos: individual, interpersonal o grupal y organizacional. «Curiosamente, la mayoría de estas intervenciones se han centrado principalmente en el individuo, lo cual resulta paradójico si se tiene en cuenta que las investigaciones acerca del estrés laboral han encontrado que los factores organizacionales son las principales responsables de la génesis del estrés» (Maslach y cols., 2001 citado por Montoya 2002).
6.9.1 Intervención a nivel Individual
Las técnicas individuales, deben ser iniciadas individualmente en su mayoría, aunque las organizaciones pueden dar algunos pasos hacia esta iniciación. Esta forma de intervención se centra en la adquisición y mejora de estilos de afrontamiento.
Según Matteson e Ivancevich en 1989 las intervenciones individuales se clasifican en:
Programas dirigidos a estrategias instrumentales (para la solución de problema) dentro de estos se ubican las técnicas de resolución de problemas y asertividad, manejo de tiempo en forma eficaz, optimización de la comunicación, cambios en el estilo de vida, etc.
Programas dirigidos a estrategias paliativas: Cabe destacar al entrenamiento y adquisición de habilidades para expresión de emociones, el manejo de sentimientos de culpa y la relajación. Los afrontamientos activos o centrados en la solución del problema considerados como los más efectivos para la prevención y manejo del estrés crónico.
6.9.1.1 Técnicas para el manejo del estrés laboral a nivel individual
Existen diferentes técnicas para manejar el estrés laboral a nivel individual. Kreitner y Kinicki (25) (1997), destacan 5 técnicas: Relajación muscular, Bioretroalimentación, meditación, reestructuración cognitiva y bienestar holístico (Tabla 2). La Bio-retroalimentación y meditación son mencionadas por otros autores como Davis y Newstrom (1988), Ivancevich (1989) y Braham (1994).
Tabla 2. Técnicas de disminución del estrés
FUENTE: Robert Kreitner y Angelo Kinicki, «Control del estrés ocupacional», en Comportamiento de las organizaciones, ed. Mc Graw Hill Aravaca (Madrid) 1997 p. 518.
La meditación, es una técnica para el manejo individual del estrés, según Ivancevich y Matteson (1989) pueden considerarse como posibles formas de 35 meditación: orar, escuchar música u observar una puesta de sol, mientras Braham (1994) específica que la meditación se logra centrando la atención en una palabra, frase o mantra. Las formas de meditación que han alcanzado popularidad se derivan de la filosofía oriental. Han sido asociados múltiples resultados positivos a la práctica de la meditación, a saber: la reducción del pulso, un consumo más bajo de oxígeno y la disminución de la presión sanguínea sistólica y diastólica (Benson, 1975 y Gavin, 1977 citados por Ivancevich y Matteson 1989). Kuna (26) (1975) revisó la bibliografía relativa a la investigación de la meditación trascendental como técnica para manejar el estrés laboral. Encontró que la meditación tenía un efecto positivo sobre la adaptación al trabajo, el desempeño en el trabajo, la satisfacción con el mismo y la disminución de la ansiedad. Kuna concluyó que la meditación trascendental era una estrategia efectiva para manejar el estrés y promovía la resistencia a él, sirviendo, por lo tanto, como una medida de prevención y remedio. «La meditación se reconoce tan ampliamente que algunas organizaciones han establecido cuartos de meditación para el uso de sus empleados y muchos de ellos, que meditan, han presentado resultados desfavorables (27) (Davis y Newstrom, 1988).
La bio-retroalimentación, es descrita por Ivancevich y Matteson (1989) y Davis y Newstrom (1988) mientras Braham (1994) lo plantea como bio- información y Bensabat (1994) la menciona como biofeedback, sin embargo se refieren a la misma técnica y la definen: como habilidad o método para ayudar a inducir un estado de relajamiento y devolver las funciones corporales a un estado carente de estrés, todo esto a través del control voluntario de algún tipo de funciones o procesos corporales como control de las ondas cerebrales, el pulso, la tensión muscular, la temperatura del cuerpo, la acidez estomacal y la presión sanguínea. Para Bensabat (1994), «los mejores resultados se obtienen por la combinación de varias técnicas sucesivas, combinadas y periódicas, como los ejercicios de relajación muscular (yoga, relajación progresiva) y biofeedback».
Además, Ivancevich (1989) y Braham (1994) mencionan el ejercicio físico mientras Bensabat (1994) plantea la gimnasia relajante, la sofrología, la relajación psicotónica, la relajación de las ondas alfa y los masajes como aspecto importante en el manejo del estrés; Sin embargo, Braham refiere otras técnicas como: la relajación, el entrenamiento autogénico, las imágenes guiadas, el reflejo calmante, el apoyo emocional, la risa y el sueño.
El ejercicio, las implicaciones que este tiene en la efectividad, eficiencia e inclusive longevidad del empleado, no ha pasado inadvertida para las organizaciones. Los expertos en educación física han argumentado durante largo tiempo, que una de las formas más fáciles y beneficiosas de suscitar un cambio favorable en el estilo de vida de una persona, es dedicarse a alguna actividad sistemática de ejercicio (Ivancevich y Matteson 1989). Quienes hacen ejercicio reportan experimentar deducción de la tensión, aumento en la energía mental y una mejoría en el sentimiento de valor personal (28).
Gimnasia relajante: Según Bensabat, es un método de relajación simple que facilita el conocimiento del cuerpo para una mejor expresión corporal. Los ejercicios de relajación comprenden diferentes actitudes o posiciones que se deben practicar una o dos veces al día, ya que cada una está adaptada a la toma de conciencia y a la relajación de un grupo muscular del cuerpo. La gimnasia favorece el movimiento activo y la postura para vencer la tensión muscular. En todos los casos, el movimiento debe ser voluntario, flexible y sin dolor para obtener un buen estiramiento muscular indispensable para la calma muscular. (Bensabat 1994).
La sofrología: La sofrología es un método de relajación ideado por el español Alfonso Caicedo. Se inspira a la vez en el yoga, en el zen y en otras técnicas orientales. Se practica con frecuencia en grupo. «Comprende dos fases: una de relajación muscular y otra de trabajo mental y de meditación. La calma muscular es inducida por la sugestión o más exactamente por la persuasión del psicoterapeuta que recurre voluntariamente a una voz lenta y apaciguadora para invitar al paciente, que está tumbado en una cama, en un ambiente tranquilo a que se sosiegue, a que cierre los ojos, a que respire lentamente por el vientre hasta relajar todo el cuerpo. La segunda fase comienza cuando el sujeto se encuentra muscularmente bien relajado. Y entonces dirige la mirada hacia un punto imaginario por encima de la cabeza, y eso le permite desconectarse. Luego empieza a pensar durante algunos minutos en una imagen (ej.: una ola, un paisaje) que le ayuda a mejorar su relajación mental y a entrar en una fase de contemplación en la que el cliché permanecerá fijo en su imaginación» (Bensabat 1994).
La relajación: Braham (1994) y Bensabat (1994) plantean esta técnica como relajación progresiva mientras Kreitner y Kinicki (1997) como relajación muscular. Pero los autores coinciden al describir que esta técnica se centra en la tensión muscular y emplea un proceso sistemático de tensión y de relajación de los músculos. El control mental de esta actividad muscular es la que permite percibir la ausencia de tensión muscular (2). Este método se recomienda especialmente para las personas que deben emplear un grupo determinado de músculos en su trabajo y se encuentran con que tiene que tensar otros. En la relajación progresiva se tensa y relaja de forma sistemática los grandes grupos de músculos (manos, brazos, cabeza, tronco, piernas y pies). Este proceso hace que los músculos estén más sueltos y relajados que antes.
Relajación Psicotónica: Según Bensabat (1994), es una técnica más compleja en la que intervienen métodos de psicoanálisis e implica la presencia de un psicoterapeuta, cosa que no siempre es necesaria en técnicas de relajación progresiva y entrenamiento autogénico. La finalidad de la relajación psicotónica es descubrir y hacer que el paciente descubra las tensiones musculares y a lo que éstas corresponde. La participación y la colaboración del paciente son muy importantes y mayores de las que se exigen en las otras técnicas, aunque la relajación psicotónica no se puede retener como un método de dominio del estrés sino como un método de la psicoterapia.
Relajación de las ondas alfa: Las ondas alfa son producidas por el cerebro en fase de reposo y son visibles en el trazado del electro-encefalograma. Son ondas amplias y anchas, que tienen una periodicidad de 9 a 12 hertz (ciclo/segundo). La finalidad de esta técnica de relajación es aprender a producir voluntariamente ondas alfa y por tanto a relajarse. Para ello el sujeto está conectado con un aparato de registro electroencefalográfico. Y cada vez que esas ondas aparecen en el trazado, se enciende una luz determinada o suena un timbre. Se trata, pues de hacer que se encienda esa luz y de mantenerla encendida por medio de un esfuerzo voluntario de relajación. Esta técnica se asemeja a la del biofeedback, que utiliza un control de relajación visual y sonoro.
Los masajes: para Bensabat (1994), los masajes violentos o suaves y sobre todo el masaje de los pies con el borde externo del pulgar en todas las zonas doloridas permiten relajar los órganos tensos.
La acupuntura: esta técnica se puede utilizar en el tratamiento de las enfermedades inducidas por el estrés. La terapéutica utiliza agujas electrodos que se colocan en determinadas zonas del cuerpo y que son estimuladas por una corriente eléctrica. Como respuesta a esa estimulación el organismo produce hormonas antiestrés: beta-endorfinas, cortisol, testosterona o estrógenos. Lo que resulta interesante de la acupuntura es comprobar que la mayor parte de los pacientes tratados con ella notan, al mismo tiempo que el alivio de los síntomas, una mejoría en su estado general y una sensación de bienestar y de relajación (Bensabat 1994).
Entrenamiento autogénico: Esta técnica es descrita por Braham y Bensabat (1994). Esta forma de relajación se debe a dos médicos europeos: Schutz y Luther. Se trata de una forma de autohipnosis que «consiste en obtener progresivamente una relajación de los músculos y llegar a un estado de desconexión a partir de autosugestión a la relajación» (Bensabat 1994). Con esta técnica se ordena al cuerpo que regule algunas de sus funciones involuntarias (Braham 1994).
Imágenes guiadas: consiste en imaginarse en un lugar tranquilo en el que se siente totalmente sereno y relajado.
Reflejo calmante: Según Braham (1994) en esta técnica sólo requiere 6 segundos y que puede emplearse para activar la respuesta relajante en cualquier lugar y momento. Consiste en los siguientes pasos:
- Dígase a sí mismo: «Alerta la mente, el cuerpo en calma». Activa la capacidad intelectual.
- Sonría interiormente con ojos y boca: reduce la tensión de los músculos faciales y las mandíbulas.
- Inhale profundamente: contenga la respiración y exhale.
Apoyo emocional: el apoyo emocional puede representar una importante protección contra la acumulación de estrés. Braham (1994) afirma que el apoyo emocional implica una relación de confianza entre personas que hace que estén dispuestas a ser mutuamente receptivas. Permite mantener la perspectiva, descargar los sentimientos negativos y mejorar progresivamente las posibilidades de salir adelante.
La risa: para Braham (1994) la risa proporciona al cuerpo un profundo estado de relajación. La risa empieza en el diafragma y lanza un flujo relajante por todo el cuerpo. Las empresas ya empiezan a admitir el efecto beneficioso que tiene la risa, y son muchas las que contratan los servicios de consultores de humor. Cuando el entorno es placentero o disminuye el estrés, la gente se siente mejor y aumenta la productividad.
El sueño: Para Braham (1994) el descanso facilita luchar contra cualquier tipo de estrés con mayor eficacia.
Estrategias negativas de lucha: muchas estrategias de lucha provocan más estrés. Por ejemplo, el alcohol se utiliza con frecuencia como medio para hacer frente al estrés. Tomar una copa puede ayudar a relajar y olvidar lo acontecido en un determinado momento, pero al tomar dos o más no se logra mejorar en lo absoluto. Beber no es la única estrategia errónea de lucha. Existen otras estrategias como comer excesivamente, la drogadicción, culpar a otros, fumar, dedicar todo el tiempo al juego, adoptar una actitud pasiva, la venganza y la agresividad. Todas estas equivalen a colocar un parche rápido a la situación estresante, pero a la larga no suponen alivio alguno para el estrés.
Beneficios de escasa duración y sufrimientos de larga duración: salir de compras hace que las personas se sientan mejor y se consuelen después de una jornada estresante de trabajo, pero posteriormente el ciclo se repite. Cuando esta actitud se utiliza como una estrategia de lucha llega a causar caos porque las personas se llenan de cosas que no quieren y que no necesitan y por lo tanto, se añade un factor estresante de carácter económico.
Lo mismo sucede con la comida, que se convierte también en un premio o consuelo para compensar la sobrecarga de estrés. Al poco tiempo, el comer en exceso y el sobrepeso se convierten en un nuevo factor estresante y en un problema para la salud. La diferencia entre una estrategia de control del estrés y otra de enfrentamiento radica en que la segunda permite un alivio a corto plazo, pero si se emplea habitualmente surge un nuevo problema (Braham 1994).
Respecto a los métodos individuales Ivancevich y Matteson (30) (1989) plantean 3 técnicas más: diario sobre situaciones de estrés, vigilancia de los músculos y drogas.
En cuanto al diario sobre situaciones de estrés, estos autores mencionan que el diario es un registro de la acumulación personas de sucesos que precipitan una respuesta de estrés en la persona, además permite que la persona comprenda determinados fenómenos y éste mejor equipada para manejar la situación estresante.
Vigilancia de los músculos: frecuentemente las personas se ponen tensas sin darse cuenta, pero si se pone atención al estado muscular se logra relajar las diferentes partes del cuerpo (Ivancevich y Matteson 1989).
Las drogas descritas por estos autores son las prescritas legalmente como los barbitúricos, los antidepresivos y los tranquilizantes menores que son utilizados como calmantes del sistema nervioso central. «El tratamiento farmacológico es normalmente un método de efectividad inmediata para aliviar respuestas negativas de estrés a corto plazo. Puesto que las drogas encubren los síntomas en lugar de hacer frente a las principales causas de estrés, no se consideran como solución a largo plazo (31)».
6.9.2 Intervención interpersonal o grupal
La mayoría de las estrategias desde la perspectiva grupal recomiendan fomentar el apoyo social por parte de compañeros o jefes. Las experiencias obtenidas demuestran que el apoyo social aumenta el rendimiento profesional en el trabajo y disminuye el ausentismo laboral y mejora actitudes y conductas negativas hacia otros (Montoya 2002). Aunque Hellriegel y Slocum32 (1999) describen la creación de grupos como una forma de manejar el estrés laboral, sin embargo no lo especifican como una intervención grupal.
Muchos autores han enfatizado en el ejercicio obtenido de los grupos de soporte para todos los miembros del equipo de trabajo, con la presencia de facilitadores externos como psicólogos y psiquiatras. Según Kreitner y Kinicki33 (1997) «un equipo es un grupo maduro con un liderazgo compartido, con responsabilidad tanto individual como colectiva, en el que sus miembros han desarrollado su propio objetivo, en el que la resolución de problemas representa un estilo de vida y en el que los resultados colectivos constituyen la medida de su eficacia». Para ser eficaces, los miembros de un equipo necesitan contar con un ambiente de apoyo, claridad de funciones, metas superiores y un adecuado liderazgo (Davis y Newstrom 1988).
Sin embargo para que estos grupos sean efectivos es importante que atiendan a las necesidades reales de los participantes y que cuente con una estructura administrativa de soporte que permita realizar, por ejemplo, programas educativos y de entrenamiento (Loes Van Staay cols, 2000 citado por Montoya 2002).
6.9.3 Intervención organizacional
Estas se refieren principalmente, pero no exclusivamente, a las medidas tomadas por las organizaciones (la gerencia) y no por los empleados, en forma individual. Las medidas de intervención en el ámbito organizacional buscan eliminar o disminuir los estresores del entorno institucional, por lo tanto, es importante establecer unas metas para reducir los efectos lesivos (gráfica 5).
Las estrategias organizacionales más relevantes son: los programas de socialización anticipatorio para prevenir el choque con la realidad y sus consecuencias (Matteson, Ivancevich, 1987), haciendo que se experimente «antes» de que el profesional comience su vida laboral, en un contexto de prueba que permite desarrollar estrategias constructivas. Los programas de evaluación y retroinformación que fomentan la evaluación como «desarrollo» y no como «juicio (34)».
Gráfica 5. Metas de programas de administración del estrés organizacional
FUENTE: HELLRIEGEL, Don, Slocum John. Comportamiento organizacional, octava edición. Internacional Thomson Editores, México, 1999. p. 218.
Los programas de desarrollo organizacional buscan mejorar el ambiente y el clima organizacional, mediante el desarrollo de equipos eficaces, con un esfuerzo sistemático y planificado, focalizado a largo plazo en la cultura organizacional y en los procesos sociales y humanos de la institución.
Las estrategias y procedimientos a usar en la prevención e intervención del estrés crónico son muy diversos, hay que elegir cuidadosamente aquellos que deberán usarse en el marco de «paquetes» de intervención ante cada situación específica, singular (35).
Dentro de las medidas sugeridas se encuentran (Mount, 1986; Spinetta y cols., 2000, Lederberg, 1998, Gatto, 2000 citados por Montoya 2002): una adecuada selección y entrenamiento del personal, limitar y esclarecer las funciones de los miembros del equipo, clarificación del rol, revisión de la organización del equipo de trabajo, asegurar condiciones de trabajo favorables, retroalimentación, liderazgo efectivo.
6.9.3.1 Una adecuada selección y entrenamiento del personal
Una adecuada selección de personal debe garantizar la coherencia entre las características del cargo y las características del individuo. Debido a la naturaleza del trabajo en el área de oncología, es importante realizar una cuidadosa selección del personal en la que no sólo se tengan en cuenta aspectos como el récord académico, la experiencia, la integridad personal, las habilidades interpersonales, sino también aspectos psicosociales como la red de apoyo con la que cuenta el individuo, las experiencias previas con la muerte y el cáncer, etc. Asimismo, es importante contar con programas de entrenamiento que les permitan a los profesionales actualizar sus conocimientos y adquirir habilidades que les ayuden a mejorar su relación con los pacientes.
6.9.3.2 Limitar y esclarecer las funciones de los miembros del equipo
El establecimiento de límites razonables en el trabajo desempeñado por cada uno de los miembros del equipo de trabajo, asegura un funcionamiento efectivo del mismo. El establecimiento de tales límites debe permitirles a todos los miembros del staff adoptar una distancia terapéutica con respecto al trabajo, que les permita tener espacio para los demás aspectos de su vida.
6.9.3.3 Clarificación del rol
Es importante minimizar la ambigüedad del rol desempeñado por los diferentes miembros del equipo, así como delimitar claramente las áreas que generen conflictos, ya que la falta de claridad en el rol desempeñado se asocia con altos niveles de tensión laboral, ansiedad e insatisfacción con el trabajo. Existe un método de remodelar los roles, que ha generado el suficiente interés en la última década y es el enriquecimiento del trabajo. Éste implica la redefinición y reestructuración del trabajo para que sea más significativo, desafiante e intrínsecamente gratificante para el empleado. En el contexto del estrés laboral, el impacto del enriquecimiento del trabajo se observa en las recompensas, en la participación, en la utilización de las habilidades, en la sobrecarga del rol y en el tiempo. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que la reestructuración de un trabajo para hacerlo más desafiante puede ser muy estresante para algunas personas (Ivancevich y Matteson 1989).
6.9.3.4 Revisión de la organización del equipo de trabajo
Montoya (2002) plantea la necesidad de realizar una evaluación periódica del funcionamiento del staff, en las que se revisen los aspectos relacionados con la toma de decisiones, comunicación, manejo de conflictos, liderazgo, delegación de responsabilidades y normas del servicio para contribuir al buen funcionamiento del mismo y aumentar la satisfacción con el trabajo.
6.9.3.5 Asegurar condiciones de trabajo favorables
Trabajar en un ambiente adecuado, con bajos niveles de ruido, una adecuada decoración con los recursos materiales y humanos necesarios minimiza el estrés laboral. La argumentación de que las perturbaciones en el clima pueden ser una estrategia efectiva para el manejo del estrés, se basa en el supuesto de que un «buen «clima contribuye a la satisfacción y a la sensación de encontrarse en un ambiente estimulante y que, probablemente estas dos cuestiones están asociadas con niveles reducidos de estrés (Ivancevich 1989).
Un segundo aspecto del ambiente laboral que podría relacionarse con la disminución del estrés es la disposición real del área de trabajo, que puede servir para facilitar el logro de los objetivos del trabajo y, consecuentemente puede actuar como estresor. Las organizaciones pueden, brindar el tiempo y/o las instalaciones para la realización de ejercicios, meditación; estos esfuerzos no tienen que ser extraordinarios o implicar grandes cantidades de capital. Bastaría con conseguir descuentos para los empleados en asociaciones o utilizar el gimnasio de la delegación más cercana (Ivancevich 1989).
6.9.4.6 Retroalimentación
Una retroalimentación efectiva entre el nivel administrativo y el equipo de trabajo, hace parte de las medidas preventivas para el manejo del estrés. Kreitner y Kinicki (36) (1997) mencionan la comunicación jerárquica como los «intercambios de información y de influencia entre los miembros de la organización, de los cuales uno por lo menos tiene autoridad formal para dirigir y evaluar las actividades de otros miembros de la organización. Este patrón de comunicación comprende la información que se transmite en sentido descendente desde el gestor al empleado y en sentido ascendente desde el empleado al gestor». Los gestores emiten cinco tipos de información a través de la comunicación descendente: instrucciones para el trabajo, justificación racional del trabajo, procedimientos y prácticas de la organización, retroalimentación del rendimiento e indoctrinamiento sobre los objetivos. Los empleados, a su vez, transmiten a los niveles superiores información sobre sí mismos, sus compañeros de trabajo y sus problemas, sobre las políticas y prácticas de la organización y sobre lo que debería hacerse y cómo hacerlo.
6.9.4.7 Liderazgo efectivo
Kreitner y Kinicki (1997) describen el liderazgo como «un proceso de influencia social en el que el líder procura la participación voluntaria de los subordinados en el esfuerzo por lograr los objetivos de la organización», por tanto, un líder efectivo y carismático constituye un factor importante en la prevención del estrés laboral.
Schriesheim y Murphy (1976) citados por Ivancevich (1989), descubrieron que los supervisores que daban más instrucciones, tenían subordinados con un bajo nivel de desempeño cuando mostraban poca consideración, pero subordinados con un alto desempeño cuando mostraban una gran consideración. En este estudio también examinaron el estrés en el trabajo, y encontraron que cuando la gente sufría ansiedad con respecto a la situación de trabajo, la dirección de la tarea se correlacionaba positivamente con el desempeño. Cuando la ansiedad era baja, la dirección de la tarea tenía una relación negativa con el desempeño y la consideración tenía una relación positiva. En otras palabras, en los trabajos estresantes, los empleados tienen mejor desempeño cuando el líder asume una mayor responsabilidad para dirigir las tareas. Para Ivancevich (1989) parece razonable suponer que la influencia del líder y la forma de aplicarla puede ser vista como estresor por los individuos en diferentes momentos. Son pocos los empleados que nunca han experimentado estrés al interactuar con su líder, aunque también es cierto lo contrario. Los líderes se encuentran estresados en muchos casos por la conducta de los empleados.
Con frecuencia los programas de administración del estrés dirigidos a eliminar o modificar los agentes estresantes en el trabajo incluyen diversos aspectos. Hellriegel enuncia otros programas como los descritos en la tabla N. 3.